La posibilidad de que el padre Juan Viroche se haya quitado la vida no encaja en el imaginario de quienes lo conocieron: familia, comunidad católica y amigos. A pocas horas de cumplirse un año de su muerte, reafirman que el sacerdote fue víctima de un crimen debido a las denuncias públicas que realizaba respecto a narcotráfico, prostitución infantil y clientelismo político.
Para elaborar un informe que se verá esta noche en “Panorama Tucumano”, LA GACETA recorrió La Florida y habló con varios vecinos que compartieron momentos con Viroche. Ninguno de ellos se atrevió siquiera a dudar. “Él amaba la vida”, aseguraron todos.
Una ex novia habría sido la autora de las amenazas que recibió el padre Viroche
También se escucharán las voces de los miembros de la “Multisectorial Juan Viroche”, quienes señalaron que el sacerdote la estaba pasando mal durante el último tiempo. “Desde que fue a la Legislatura (a llevar sus denuncias), la cosa se puso más pesada aún”, remarcó Daniel Nacusse. En ese sentido, sostuvieron que en caso de que haya existido el suicidio debió ser inducido. “Si esto hubiera sido un suicidio, el fiscal tendría elementos para cerrar la causa hace rato y no lo hizo”, agregó Nacusse.
El informe incluirá también una entrevista con el fiscal Diego López Ávila, quien confirmó que con la investigación “se pudo determinar la identidad de la persona que amenazaba al padre Juan” desde distintos números de celulares. Además, el fiscal explicó por qué se descartó la teoría del homicidio. No obstante, aclaró que todavía se aguardan los resultados de la autopsia psicológica para determinar si el sacerdote pudo ser inducido a quitarse la vida.
“Desviar la mirada”
“Molesta que muchas veces lo que hacen es desviar la mirada del investigador, perdiendo tiempo y recursos”, se quejó López Ávila, y desmintió algunos mitos que surgieron alrededor de la muerte de Viroche.
Los resultados de dos pericias descartan que el padre Viroche haya sido asesinado
Las falsas versiones abundaron desde las primeras horas posteriores a la muerte del cura. El mismo 5 de octubre de 2016, horas después de que Viroche fuera encontrado sin vida en la parroquia Nuestra Señora del Valle de La Florida, el fiscal general federal Gustavo Gómez hizo declaraciones explosivas a la prensa. Sin estar en Tucumán y sin tener injerencia en la causa, que era manejada por la Justicia provincial en la piel de López Ávila, aseguró que el sacerdote había sido asesinado por narcos.
Una semana después llegó a Tucumán el legislador porteño Gustavo Vera. Este se anunció como enviado del Papa Francisco y consiguió que lo recibieran en la Casa de Gobierno y en Tribunales. El mensaje que traía era el mismo que había dado Gómez días atrás: que todo se trató de un crimen mafioso. Pero sus declaraciones perdieron peso cuando, tras el escándalo que desató su visita, el Vaticano negó que haya sido enviado por el Pontífice.
Denuncian presiones en el caso Viroche
Pero la polémica más grande surgió de la línea sentimental que comenzó a investigar López Ávila. Tanto la Iglesia como los allegados al cura se molestaron ante la versión de que el sacerdote había estado en pareja con distintas mujeres y que una de estas aseguraba estar embarazada. Sin embargo, un tiempo después y tras realizar varias pericias, el fiscal llegó a la conclusión de que una de estas mujeres habría sido la autora de las amenazas que recibía el padre Juan en su teléfono celular.